El Papa Francisco, de 88 años, ha sido dado de alta del Hospital Gemelli de Roma este domingo 23 de marzo, tras permanecer 37 días ingresado debido a una neumonía bilateral severa. Antes de su salida, el Pontífice apareció en silla de ruedas en el balcón del hospital para saludar a los fieles que se congregaron para verle. Con voz débil pero agradecida, expresó: "¡Gracias a todos!", mientras levantaba el pulgar en señal de ánimo.

Durante su hospitalización, el Papa enfrentó momentos críticos debido a una infección polimicrobiana que afectó gravemente su sistema respiratorio. Los médicos informaron que su vida corrió peligro en al menos dos ocasiones, requiriendo terapias intensivas y ventilación mecánica no asistida. A pesar de la gravedad, Francisco mostró una notable mejoría en las últimas semanas, lo que permitió su regreso al Vaticano.

Tras su alta, el Papa se trasladó a la residencia de Santa Marta en el Vaticano, donde continuará su recuperación bajo estricta supervisión médica. Se ha informado que necesitará al menos dos meses de reposo antes de retomar sus actividades habituales. Durante este periodo, se espera que Francisco se someta a terapias de rehabilitación para mejorar su motricidad y capacidad respiratoria.

La aparición pública del Papa desde el hospital fue recibida con júbilo por cientos de fieles que se congregaron para verle. Entre aplausos y vítores, muchos expresaron su alivio y alegría por la recuperación del Pontífice. Francisco, siempre cercano a su congregación, se tomó un momento para destacar a una mujer que sostenía un ramo de flores amarillas, diciendo con una sonrisa: "¡Es buena!".

La salud del Papa ha sido motivo de preocupación en los últimos años debido a su avanzada edad y a problemas médicos previos. Sin embargo, su reciente recuperación de

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