Por Gabriela Guerrero Marthineitz
En los Premios Martín Fierro, muchas mujeres optaron por lucir joyas.
Pero mientras tanto, en las grandes capitales del mundo, la bijouterie de calidad se impone cada vez más en las galas internacionales.
Entonces surge una pregunta inevitable:
¿Por qué en Argentina sigue persistiendo la idea de que el lujo es sinónimo de “brillante”?
Para entender cómo se redefine hoy el verdadero valor de lo que llevamos puesto, conversamos con Carolina Garzón, referente indiscutida en diseño de accesorios y dueña de la marca Luna Garzón.
¿Por qué creés que en Argentina todavía existe este prejuicio cultural contra los accesorios que no son “joyas” tradicionales?
Exactamente por eso: por prejuicio y por falta de cultura.
Hay un desconocimiento absoluto sobre el diseño, su historia y su valor dentro de la estructura de un outfit.
La primera en hablar de la “no joya” fue Coco Chanel, autora de la frase: “La bijouterie es la democratización del lujo”.
Ella impuso perlas y cadenas de bijouterie sobre sus trajes, y cambió para siempre la forma de entender el estilo.
En paralelo, Elsa Schiaparelli, junto a Salvador Dalí, creó una colección de accesorios no joya, consolidando esta filosofía que integra arte, diseño y libertad estética.
¿Qué pasa en la Argentina con los diseñadores y las celebridades?
Creo que muchos diseñadores argentinos no tienen la apertura ni la grandeza de los internacionales.
Ejemplo: Giorgio Armani, incluso en su línea más exclusiva, Armani Privé, siempre incluyó bijouterie de lujo.
En su última colección presentó aros de azabache y cristales que, aunque no eran joyas, tenían factura impecable.
Otro caso es Donna Karan, conocida por sus pulseras doradas hechas en madera pintada a la hoja, combinadas con sus clásicos vestidos negros.
Y hoy, el gran fenómeno de la moda es Daniel Roseberry, director creativo de Schiaparelli, donde los accesorios de bijou dorados son protagonistas absolutos.
En Argentina, muchos diseñadores no logran leer el cambio de época.
A veces las marcas de joyas pagan a celebridades por publicidad, y eso condiciona.
También hay inseguridad y desconocimiento sobre lo que pasa en las alfombras rojas del mundo.
Basta mirar a figuras como Máxima Zorreguieta, sus hijas, Kate Middleton o la Reina Letizia, que eligen bijouterie en su vida diaria.
O a actrices como Julianne Moore, que usa grandes aros de bijou en eventos internacionales.
La clave está en el diseño y la armonía del look, no en el precio de los materiales.
¿Qué define a una buena bijouterie de calidad?
Dos cosas:
1. Lo que se ve: terminaciones impecables, acabados prolijos, piezas que no lastimen.
2. Lo que no se ve: materiales nobles, libres de níquel o componentes tóxicos. En algunos países ya se advierte sobre los productos que pueden ser perjudiciales para la salud.
¿Qué debe tener en cuenta una mujer al elegir sus accesorios?
La bijouterie equilibra el look.
Por ejemplo: si llevás un vestido negro y zapatos rojos, la mirada se va a los pies. Para balancear, sumá aros rojos que lleven la atención también al rostro.
El secreto está en el balance visual. Lo decía Valentino: la armonía es la base del estilo.
¿Una bijouterie llamativa puede elevar más un look que una joya discreta?
Absolutamente. Una bijouterie de diseño puede darle carácter a un look más que una joya mínima, aunque sea costosa.
La sofisticación no está en el valor, sino en la potencia estética.
¿Qué rol juega la bijouterie en la construcción del estilo personal?
Es fundamental.
El estilo se construye con detalles: collares, pulseras, lentes, texturas.
Así como en una casa el estilo lo marcan los muebles y colores, en la imagen lo determinan los accesorios. Cada elección habla de quién sos.
¿Cómo evolucionó la relación de la mujer argentina con los accesorios?
Depende de cada mujer.
Algunas evolucionaron junto con la moda y se animan a jugar; otras prefieren quedarse en su zona de confort.
Pero cuando una mujer se anima a elegir con libertad, se transforma.
¿Cuál es el error más común en los eventos formales como los Martín Fierro?
La repetición de piezas sin historia ni creatividad.
A veces vemos las mismas joyas año tras año.
Una “joya pretenciosa” puede arruinar un look; una bijou bien elegida puede elevarlo.
Recuerdo varios casos de aros de piedras rojas, usados por distintas celebridades sin sentido estético ni coherencia con el dress code.
La Joaqui, Griselda Siciliani y una chica que acompañó a un estilista a la gala temática organizada por el Museo de Bellas Artes usaron los mismos aros de piedras rojas.
¿La bijouterie de autor puede ser un nuevo símbolo de estatus?
Sin dudas.
La bijouterie de diseño, en ediciones limitadas, es un símbolo de estatus intelectual y creativo.
Pensemos en Frida Kahlo, Iris Apfel o Gala Dalí: todas usaron los accesorios como manifestación de identidad.
¿Qué consejo le darías a las mujeres argentinas que aún dudan en usar bijouterie?
Que se animen a jugar, a descubrir piezas que potencien su belleza y expresen su estilo.
Y si no saben por dónde empezar, que vengan a mi local: siempre hay algo esperando sorprenderlas.
¿Bijouterie o joyas?
Ambas.
Las joyas familiares tienen valor emocional, pero eso no impide sumar bijouterie con diseño, materiales diversos y mucha creatividad.
¿Qué veremos este verano?
Un verano cargado de accesorios:
Tendencia boho.
Colores vibrantes.
Dorado protagonista.
Abundancia de collares, pulseras y detalles crochet.
La clave: construir tu marca personal a través de los accesorios.
Coincido plenamente con estos dos puntos destacados por Carolina.
La excepción en la noche fue Susana Giménez, quien entendió perfectamente el código de la alfombra roja y lució joyas con diseño, calidad y peso propio, a la altura de lo que el evento exigía.
En la Argentina no contamos con la tradición de alta joyería que sí se ve en otras partes del mundo, Hollywood, España o las grandes capitales de la moda, donde las celebridades se convierten en verdaderos escaparates de piezas únicas que casi rozan la perfección.
Un ejemplo distinto lo da Máxima Zorreguieta: muchas veces elige aros de diseño que, aunque sean bijou, poseen una potencia estética capaz de superar al más caro de los brillantes.
Porque el verdadero lujo no siempre está en el valor material, sino en la fuerza que tiene una pieza para transmitir estilo, presencia y personalidad.
Y vos, ¿ya elegiste esos accesorios que hablan de vos?
Carolina Garzón es diseñadora y CEO de Luna Garzón.
Instagram: @lunagarzonaccesorios
Hasta la próxima,
La Señora del Lujo Silencioso
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