A partir de hoy, los comercios y prestadores de servicios en Argentina tienen la opción de exhibir los precios de sus productos en dólares estadounidenses o en otras monedas extranjeras, además de en pesos argentinos. Esta medida fue oficializada mediante la Resolución 4/2025 de la Secretaría de Comercio del Ministerio de Economía, publicada recientemente en el Boletín Oficial. 

Según la normativa, los precios en dólares deben ser claros, visibles y coincidir con el importe final que se cobra en caja. Además, es obligatorio indicar el valor por unidad de medida para garantizar la transparencia en las transacciones. Esta disposición es opcional para los comerciantes, quienes pueden decidir si muestran los precios en dólares junto con su equivalente en pesos, otorgando igual relevancia visual a ambas monedas. 

El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció la medida a través de su cuenta de X (antes conocida como Twitter), destacando que "a partir de este viernes, los precios de bienes y servicios podrán mostrarse en dólares estadounidenses o en otra moneda extranjera, además de figurar en pesos, indicando el importe total y final que debe abonar el consumidor". 

Esta iniciativa se enmarca en un contexto de creciente dolarización de la economía argentina y busca aportar mayor claridad y flexibilidad en las operaciones comerciales. Inicialmente, se espera que la medida beneficie a sectores como vehículos, inmuebles y productos de lujo, que tradicionalmente operan en dólares, con la posibilidad de ampliarse a otros rubros en el futuro, según la aceptación de comerciantes y consumidores. 

Complementando esta disposición, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha implementado, a partir de hoy, la posibilidad de que los comercios que lo deseen acepten pagos en dólares mediante tarjetas de débito. Esto permitirá a los consumidores elegir entre pagar en pesos o en dólares al momento de la compra, facilitando así las transacciones en moneda extranjera. 

Con estas medidas, el gobierno argentino busca fomentar la competencia de monedas y adaptarse a las nuevas prácticas comerciales y al contexto monetario actual, ofreciendo a los consumidores opciones más amplias y transparentes en sus transacciones diarias.