Según trascendió, la Justicia le autorizó un régimen excepcional de visitas en un bar dentro del edificio donde reside Wanda Nara, madre de las niñas, entre las 13.30 y las 17 horas.

La decisión judicial incluye una serie de restricciones que molestaron profundamente al delantero del Galatasaray. Icardi no podrá estar acompañado por su actual pareja, Eugenia "la China" Suárez, durante el encuentro. En cambio, sí se autorizó la presencia de los hijos varones de Wanda —fruto de su anterior relación con Maxi López—, con quienes las niñas comparten el día a día.

El futbolista había solicitado ver a sus hijas en otro ámbito, lejos del entorno de su expareja, para compartir un momento más íntimo y relajado. Sin embargo, el juez decidió priorizar la cercanía y la logística para las menores, en una resolución que busca mantener la estabilidad emocional de las niñas, pero que desató la furia de Icardi.

Según fuentes cercanas al entorno del jugador, Mauro considera que se trata de una maniobra para limitar su rol como padre y que la elección del lugar —en un espacio controlado por la familia de Wanda— le quita naturalidad al reencuentro. También habría cuestionado que se prohíba la presencia de su pareja mientras se habilita la de los otros hijos de Nara.

La situación se suma a una serie de idas y vueltas judiciales que Icardi mantiene con Wanda Nara, en el marco de un conflicto por la tenencia y las visitas. El caso ha ganado notoriedad mediática en los últimos meses, con versiones cruzadas, declaraciones en redes y tensiones que siguen escalando.

Por el momento, el encuentro del Día del Padre sigue en pie bajo las condiciones impuestas por el juzgado. Pero todo indica que esta historia, lejos de concluir, recién empieza a mostrar sus capítulos más intensos.